Muchas tardes, solían preparan un ambiente relajante en casa y desnudarse uno frente al otro. La chica se acostaba en el suelo y esta se dejaba llevar. Su novio rozaba cada parte de su cuerpo con sus dedos. Se aproximaba al coño lentamente y haciéndola disfrutar del momento. Con los dedos húmedos debido al flujo que esta desprendía por su coño, tocaba sus pezones. Cuando ambos estaban muy cachondos, aprovechaban lo húmedos que estaban para meterle la polla fácilmente y terminar corriéndose dentro de ella.