La actriz porno Sara Jay es una reputada doctora que está pasando consulta médica en el hospital. Pasa un hombre joven en edad y fornido de cuerpo que se queda mirando fijamente a los pechos de Sara, no puede apartar la mirada y es que no es para menos. Tendríais que ver la delantera que se ha enfundado la doctora, un busto apretado que hace sobresalir los melones, se juntan las tetas y parece que casi van a explotar en un interminable escote. Ella que no es tonto y sabe que le mira a las tetas empieza a jugar con él para ponerlo cachondo. Coge un boli y se lo mete en el canalillo, va jugando con él pasándoselo entre sus pechos y poco a poco se va desabrochando la bata para finalmente quedarse en sujetador. El hombre se abalanza sobre ella en un santiamén y con sus manos se las aprieta a la vez que las chupa con su lengua los pezones. Fijaos si tiene las tetas grandes que hasta cuando se tumba boca arriba en la mesa las sigue teniendo tiesas hacia arriba, no se le caen ni se le aplastan, milagros de la cirugía.