Vaya, vaya, luego dirán que se trata de un caso aislado de prostitución o que esta mujer mexicana ha sido obligada. Pero la verdad es la verdad y es que esta mujer madura le está realizando una paja mamada al repartidor de pizzas porque no quiere pagar con dinero, sino con sexo. Es tan guarra que prefiere chupar su nabo antes que desembolsar el precio de una pizza, de locos. Lo peor es que justo al lado están sus hijos y su marido, viendo una película en el salón y en cualquier momento alguno de ellos puede salir y pillarla infraganti con el miembro viril de pizzero en la boca. El riesgo de follar en el recibidor es que las vecinas cotillas se suelen asomar a las mirillas de casa para ver que es eso ruido, y entonces es cuando ven a la puta vecina chupando una polla en mitad del patio. Seguro que luego la ponen a parir pero ellas bien que miran como le come el rabo mientras que con sus dedos se masturban al ver la escena a escondidas como mirones o vouyers.