Marta La Croft tiene unas tetas para lamerlas. Estas tetas son operadas de un cirujano de calidad, nada de chapuzas en la parte de atrás de una peluquería. Se nota la calidad de un trabajo corporal bien hecho. Son unos pechos enormes y bien colocados. Son protuberantes y con una forma muy bonita. Con esas tetas se pueden hacer unas pajas cubanas que te corres del gusto, eso debió pensar el chofer de un monovolumen al pagarle una cantidad indecente de dinero para follar con él en la parte de atrás de su vehículo. No se podía resistir y le ofreció esas condiciones por un poco de sexo, ella aceptó y se dejó hacer. Menos mal que las lunas del follovolumen están tintadas y no se veían como follaban en la furgoneta porque hicieron de todos. Unas mamadas que ni las putas más profesionales hacen, unas posturas sacadas de las películas porno que ponen cachondo a cualquier tío. La ponía tumbada en el suelo de la furgoneta y le cogía las piernas por los tobillos para inmovilizarla y tener su coño a voluntad de su lengua y su pene erecto. Luego el trabajo de comerle las tetas viene solo al penetrarla tumbada.