Cuando estas dos amigas rubias jovencitas y delgadas conocen a Marcus, un culturista de 100 kilos de peso y músculos como una estatua griega, sus coños chorreaban mojando sus bragas. El atractivo físico del mozo fornido deslumbraba a estas dos pizpiretas sílfides de cuerpos bellos y armoniosos. Ambas lo invitan a su casa para hablar sobre sus vidas y si de paso cae una follada mejor que mejor. Estando ya en casa y charlando amistosamente comentan que un culturista no puede tener una polla tan grande como sus músculos, que es imposible. Esto lo hacían para ver si el chaval caía en la trampa y se la enseñaba en todo su esplendor. Pero ni corto ni perezoso este chico se bajó los pantalones y les dejo ver y tocar su enorme cipote. Ellas estaban asombradas del tamaño de su pene, tanto que no pudieron chuparla a la vez en una mamada a dúo. Pronto todos sus cuerpos estaban desnudos y frotándose mutuamente para darse placer. Eran saboreados todo los recovecos con total entrega y el miembro viril siempre estaba dentro de una de las dos vaginas de las amigas rubias. El trío esporádico resultó ser de lo más estimulante, músculos y mujeres bellas son sin duda una combinación explosiva.