Esta morenaza que guarda arresto domiciliario no puede tener libertad más allá de las paredes de su casa. Para que cumpla con la orden tiene un guardia personal las 24 horas del día, tanto por el día como por la noche. El paso del tiempo sin salir de casa y sin poder tener relaciones sexuales hacen que sea una situación difícil de llevar, eso y que el roce hace el cariño produce un acercamiento con el guardia hasta convertirse en un amor pasional que desata el furor sexual de los dos. A través de los barrotes ella puede bajarle la cremallera y hacerle una mamada de esas que te dejan bien seco. El hombre abre la celda y entra para consumar su amor, mientras ella se coge a un barrote él le baja los pantalones para meterle el dedo por la vagina y lubricarlo bien. Saca su paquete y se la mete estando de pie. Cogiéndola de la cintura empieza a follar gustosamente. Cuando se cansan se pone a cuatro patas y lo mismo pero en el suelo. Ella no se llega a quitar toda la ropa, solo lo suficiente para poder meterse cosas en sus agujeros corporales, por si acaso entra oro guardia y los pilla infraganti en el acto sexual.