Una tarde en una bolera cualquiera una pareja de amigos deciden echar una partida. Lo que ninguno de los dos sabía es como iba a acabar la cosa, quien iba a decirles que Jugando a los bolos le comió las bolas. La amiga tiene unas tetas impresionantes, son unos pechos gordos y que sobresalen debido al sujetador que aprieta aún más las tetas. El amigo, como es lógico, no puede evitar mirar ahí. Según juegan a los bolos ella cuando se agacha deja ver su coño ya que lleva minifalda y no lleva bragas. Esa fue la gota que colmó el vaso y que provocó que el hombre la forzara a follar en mitad de la calle de los bolos. Llega un momento en que un hombre al ver tantas tetas y coños no puede reprimir sus instintos, al fin y al cabo somos animales. La tiró contra el suelo mirando hacia arriba y mientras le inmovilizaba las manos él se sacó la polla y le puso los huevos en la barbilla. Le dijo que ahora le iba a comer las bolas, o sea los huevos, y ella abrió la boca y se metió los cojones dentro para chuparlos. Al instante su polla se corrió manchando todo su pelo.