Una Colegiala japonesa con tetas impresionantes se folla a un maduro señor hombre de negocios. En la capital de Japón, Tokio, el vicio está muy extendido. Aunque los japoneses sean introvertidos y fríos en apariencia, por dentro algunos son unos verdaderos depredadores sexuales. Este hombre de negocios de cierta edad le gusta captar a colegialas a las puertas del instituto para abusar sexualmente de ellas. Las engaña subiéndolas a su limusina de lujo y llevándolas a su caserón. Allí les quita la ropa para chuparle las tetas enteras y ponerle sus pezones duros. A él le encanta los coños negros ya que las japonesas no se depilan y tienen el chocho lleno de pelos. La colegiala es un pibón con unas tetas gigantes que no para de lamer, se saca la polla y se la pone entre las tetas para que le haga una paja cubana. Le encanta la sensación y nota como a la chica también le gusta porque ve con sus propios ojos que su coño está mojado, indicativo de que está excitada sexualmente. Es una chica muy complaciente que se deja hacer de todo ya que le debe respeto a los señores mayores o viejos verdes.